miércoles, 18 de junio de 2008

Una Esperanza

Hay una alegría profunda en la experiencia de adoración colectiva al creador y sustentador de todas las cosas. Es sencillamente conmovedor ver como podemos unirnos, sin ensayo previo y cantar con fervor expresando nuestra gratitud a Dios y el anhelo que tenemos de verle venir pronto en gloria.

Puedes imaginarte cantando o tocando en gloria bajo la batuta maestra del Señor Jesús; interpretando una partitura escrita de su mano, un precioso arreglo musical de una de nuestras canciones de alabanza y adoración, una nueva música para nuestros corazones renovados.

Puedes imaginar el ensayo que antecede a la presentación ante el universo del "Cántico de Moises y del Cordero"; que rápido que vamos aprenderlo, con que intesidad vamos a cantarlo, que bien que comunicaremos el amor del Señor que nos salvó. ¡Como deseo pronto poder escuchar la melodía y armonía de esa música!: Música del cielo como un regalo para los redimidos.

Podemos imaginar ahora la dicha de la gloria, pero nuestra imaginación quedará corta ante la realidad.

Aquí, ahora podemos iniciar los ensayos, conseguir las partituras, aprender el lenguaje, familiarizarnos con el tema preferido de las canciones celestiales: Dar Gloria a Dios.

Hoy es un buen día para alabar al Señor, tenemos suficientes razones para alabarle, para seguir creciendo en el uso de los dones que él nos ha concedido, para comunicar a otros la dicha de haberle conocido, para dejar oir nuestra voz y el mensaje de poder que comunica.

Recuerda:

La Adoración es la gran actividad del cielo, nuestra mejor oportunidad aquí en la tierra.


Te invito a continuar preparándote de modo activo para participar de la gloria que nos espera.

Hoy también digamos juntos:
QUIERO ALABARTE.

QUIERO ALABARTE.

Una Esperanza

Hay una alegría profunda en la experiencia de adoración colectiva al creador y sustentador de todas las cosas. Es sencillamente conmovedor ver como podemos unirnos, sin ensayo previo y cantar con fervor expresando nuestra gratitud a Dios y el anhelo que tenemos de verle venir pronto en gloria.


Puedes imaginarte cantando o tocando en gloria bajo la batuta maestra del Señor Jesús; interpretando una partitura escrita de su mano, un precioso arreglo musical de una de nuestras canciones de alabanza y adoración, una nueva música para nuestros corazones renovados.



Puedes imaginar el ensayo que antecede a la presentación ante el universo del "Cántico de Moises y del Cordero"; que rápido que vamos aprenderlo, con que intesidad vamos a cantarlo, que bien que comunicaremos el amor del Señor que nos salvó. ¡Como deseo pronto poder escuchar la melodía y armonía de esa música!: Música del cielo como un regalo para los redimidos.



Podemos imaginar ahora la dicha de la gloria, pero nuestra imaginación quedará corta ante la realidad.


Aquí, ahora podemos iniciar los ensayos, conseguir las partituras, aprender el lenguaje, familiarizarnos con el tema preferido de las canciones celestiales: Dar Gloria a Dios.


Hoy es un buen día para alabar al Señor, tenemos suficientes razones para alabarle, para seguir creciendo en el uso de los dones que él nos ha concedido, para comunicar a otros la dicha de haberle conocido, para dejar oir nuestra voz y el mensaje de poder que comunica.



Recuerda:

La Adoración es la gran actividad del cielo, nuestra mejor oportunidad aquí en la tierra.




Te invito a continuar preparándote de modo activo para participar de la gloria que nos espera.

Hoy también digamos juntos:

QUIERO ALABARTE.

domingo, 15 de junio de 2008

Una Esperanza.

Hay una alegría profunda en la experiencia de adoración colectiva al creador y sustentador de todas las cosas. Es sencillamente conmovedor ver como podemos unirnos, sin ensayo previo y cantar con fervor expresando nuestra gratitud a Dios y el anhelo que tenemos de verle venir pronto en gloria.

Puedes imaginarte cantando o tocando en gloria bajo la batuta maestra del Señor Jesús; interpretando una partitura escrita de su mano, un precioso arreglo musical de una de nuestras canciones de alabanza y adoración, una nueva música para nuestros corazones renovados.

Puedes imaginar el ensayo que antecede a la presentación ante el universo del "Cántico de Moises y del Cordero"; que rápido que vamos aprenderlo, con que intesidad vamos a cantarlo, que bien que comunicaremos el amor del Señor que nos salvó. ¡Como deseo pronto poder escuchar la melodía y armonía de esa música!: Música del cielo como un regalo para los redimidos.

Podemos imaginar ahora la dicha de la gloria, pero nuestra imaginación quedará corta ante la realidad.

Aquí, ahora podemos iniciar los ensayos, conseguir las partituras, aprender el lenguaje, familiarizarnos con el tema preferido de las canciones celestiales: Dar Gloria a Dios.

Hoy es un buen día para alabar al Señor, tenemos suficientes razones para alabarle, para seguir creciendo en el uso de los dones que él nos ha concedido, para comunicar a otros la dicha de haberle conocido, para dejar oir nuestra voz y el mensaje de poder que comunica.

Recuerda:

La Adoración es la gran actividad del cielo, nuestra mejor oportunidad aquí en la tierra.

Te invito a continuar preparándote de modo activo para participar de la gloria que nos espera.

Hoy también digamos juntos:

QUIERO ALABARTE.

 
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